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CONSUELO QUESADADecana del Colegio de Ingeniería Forestal y del Medio Natural en Extremadura
Viernes, 9 agosto 2019, 23:06
0 La ingeniería forestal y del medio natural recopila y ordena, para luego aplicarlo y transmitirlo, de una parte la información general que proporcionan las ciencias socioambientales, y de otra el particular conocimiento práctico de quienes viven los oficios del campo. Con ambas partes se conforma una disciplina o materia, en este caso la de los incendios forestales, para prestar un servicio público a nuestra sociedad. El saber clásico sobre los incendios forestales está incorporando la rápida evolución del campo y sociedad actuales. Estos cambios poco perceptibles año a año, al paso de décadas se revelan con claridad. Los oficios forestales perciben bien estos cambios porque su régimen de tiempos va desde la década para un turno de descorche al del siglo para aprovechamientos maderables, o siglos para la necesaria reposición de encinas en dehesas sin chaparras. Ahora contrastan fuertemente las pujantes producciones en intensivo, con el abandono del campo en extensivo que, pese a ser por lo general más cuidadoso con naturaleza y sociedad, es incapaz de competir al no recibir las contraprestaciones públicas por su eficacia preventiva de incendios forestales, cuando además el intensivo no está resarciendo sus inconvenientes asociados. La lucha contra los incendios forestales requiere del hermanamiento entre la extinción y la prevención para que a una mano le duela y conozca lo que le pasa a la otra. Esto, aun resultando obvio, no se cumple o se cuestiona quizá por la visión corta o el interés particular, además de por la excesiva especialización, la notoriedad o la sofisticación de algunas personas o colectivos. Disociar la prevención de la extinción sucede en las autonomías españolas más urbanitas y en Portugal, donde los dispositivos de extinción son poco de campo y en los que se aplica un «apaga y vámonos» que cada vez resulta más costoso y menos efectivo. Afortunadamente para Extremadura se mantienen unidas la prevención y la extinción muy vinculadas al campo y al mundo rural. Están debidamente coordinadas en el caso de las emergencias con protección civil, como también lo están los sanitarios, los cuerpos policiales, el ejército o los bomberos estructurales de diputaciones y ayuntamientos. Todo ello sin necesidad de plantear una inclusión directa en la protección civil autonómica o estatal. Así Protección Civil mantiene ágil e independiente su respuesta y coordinación que en caso contrario resultaría lastrada y desequilibrada ante el resto grupos intervinientes en las emergencias. En países con gran recorrido profesional en incendios forestales, mantienen esta materia de extinción y prevención vinculada a los servicios forestales, como sucede en Norteamérica y Australia. Lejos de separar una cosa de la otra, lo que hace falta es añadir una tercera ‘pata’ que es la social. En una sociedad consciente de su forma de vida y consumo, cada persona tiene de su mano el poder de aportar un enorme efecto preventivo de incendios, eligiendo o valorando más los productos en extensivo: pastoreo, frutales de montaña, resinas y combustibles naturales (leñas, astillas, y peles o briquetas). Un concreto y amplio clamor social facilita la convergencia política y las medidas institucionales. Claves en la lucha contra los incendios forestales son: un dispositivo diseminado y de campo manteniendo integradas la prevención y la extinción, muy adaptado a las épocas estacionales que rigen los incendios, y la vinculación de una sociedad consciente de que son muy determinantes sus hábitos, opinión, forma de vida y consumo. Creada la primera comunidad compartida para trabajar conjuntamente por el futuro de las dehesas de España y Portugal
24 junio, 2019
Coruche (Portugal) acoge estos días una jornada para ganaderos, investigadores y especialistas de organizaciones como WWF España y Portugal, la Federación Española de la Dehesa (FEDEHESA) y Cicytex (Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura), entre otras, para presentar una comunidad de aprendizaje y compartir experiencias innovadoras que buscan garantizar el futuro de las dehesas. Desde WWF señalan que las dehesas son un ecosistema único en el Mediterráneo que ha demostrado un perfecto equilibrio, en el que la producción de alimentos se conjuga con la generación de empleo, asentando población en muchas zonas rurales y ofreciendo importantes servicios ambientales. Sin embargo, atraviesan una crisis que amenaza su futuro. Añaden que la pérdida de rentabilidad, la falta de apoyo administrativo adecuado o las condiciones de mercado han hecho que propietarios y ganaderos hayan intensificado el manejo y que muchas prácticas tradicionales, vitales para la conservación a largo plazo de las dehesas, se encuentren al borde de la extinción. Esto se está traduciendo en problemas de regeneración y envejecimiento del arbolado, compactación y pérdidas de suelo y aumento de la virulencia de plagas y enfermedades. “El objetivo de esta Alianza es crear una comunidad de aprendizaje para buscar soluciones compartidas que permitan aumentar la viabilidad socioeconómica de las dehesas, mientras se preservan sus valores naturales. Trabajaremos en políticas agrarias, herramientas de mercado y todas otras aquellas iniciativas innovadoras que se propongan, con el objetivo de asegurar el futuro de estos agroecosistemas singulares”, afirma Celsa Peiteado, coordinadora de Política Agraria y Desarrollo Rural de WWF España. El municipio portugués de Coruche forma parte de una red de localidades, entre las que se encuentran también dos comarcas de Córdoba y Badajoz, donde se han puesto en marcha estrategias innovadoras para regenerar la dehesa, de la mano de las organizaciones WWF Portugal, WWF España y Trashumancia y Naturaleza. Durante este encuentro, WWF Portugal presentará un proyecto de conservación desarrollado en el mayor alcornocal del mundo, ubicado en el valle inferior del Tajo y del Sado. Esta iniciativa busca recompensar a los productores de corcho que producen de manera sostenible a través de prácticas respetuosas con el medio ambiente que preservan la biodiversidad. Por su parte WWF España y Trashumancia y Naturaleza mostrarán diversas posibilidades que ofrece la futura Política Agraria Común (PAC) para asegurar el futuro de estos ecosistemas únicos. https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/extremadura/altas-temperaturas-elevan-riesgo-incendios-forestales-extremadura_1171448.html?fbclid=IwAR3s62UpxJBM76eXy8CB5dax4cELmbzppGHKq41ilavfZhJesG4LuskEufA Imagen del incendio forestal de la sierra de Gata. –
EFE Las altas temperaturas, que empiezan a ser protagonistas en amplias zonas de España han elevado el riesgo de incendios forestales en áreas de Extremadura, Castilla y León, Aragón, Cataluña, Navarra, País Vasco y en la Comunidad Valenciana, donde hoy es «extremo o muy alto». En otras zonas del resto del país, sobre todo en el este peninsular, Baleares y Andalucía, el riesgo es alto o moderado, informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su página web, que también detalla que la probabilidad más baja de fuego se encuentra en puntos de Galicia, Asturias y zona norte de Castilla y León. En las Canarias, solo en algunos puntos de las islas de La Palma, Gran Canaria, La Gomera y Tenerife, el riesgo es muy alto o alto. Desde el 1 de enero hasta el 16 de junio, hubo 6.220 incendios forestales, casi 4.000 más que en 2018 y alrededor de 1.100 por encima de la media de los últimos 10 años. De la cantidad total de fuegos, unos 3.700 fueron conatos (menores de 1 hectárea) y el resto, mayores o iguales a 1 hectárea y resultaron quemadas un total de 38.023 hectáreas, cifra muy superior a las 9.284 hectáreas que ardieron en 2018, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El 50,8 por ciento de los siniestros coparon la zona noroeste de la península que comprende las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco y las provincias de León y Zamora, mientras que el 36,1 por ciento afectó al resto de comunidades no costeras. El 12,56 por ciento afectó a las zonas costeras mediterráneas incluyendo también sus provincias inferiores, mientras que en las Islas Canarias el porcentaje del número de siniestros fue del 0,25 por ciento. A partir de mañana, y como consecuencia de la entrada de aire muy cálido de origen africano junto a la estabilidad atmosférica y la fuerte insolación propia de estas fechas, se prevé un ascenso generalizado de las temperaturas, sobre todo en Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Madrid y Navarra con máximas que oscilarán entre los 35 y 38 grados centigrados . Por la noche los valores empezarán a ser también significativamente altos, manteniéndose por encima de los 20 grados en amplias zonas de la península. Según la Agencia de Meteorología y con datos hasta las 11:00 horas de este lunes, el termómetro marcaba 30,8 grados en Lérida (Cataluña), 30,7 grados en Calanda (Teruel) y 30,6 grados en el observatorio meteorológico del aeropuerto de Palma de Mallorca (Islas Baleares).
Por Joaquín
Gracia
Ya en el año 6, el emperador Augusto creó en Roma un cuerpo que
vigilaba, recogía y echaba agua al fuego. En el año 2019 hacemos lo mismo. Más
cantidad y con mejores medios, pero lo mismo. No es de extrañar pues que el
fuego nos supere. En 2017, un par de
meses después del trágico incendio de Pedrogao, hubo una gran ola de calor y
viento que derivó en más de 500 incendios simultáneos en Galicia, Asturias y Portugal.
Algunos compañeros fueron de forma voluntaria a echar una mano dese la
Comunidad de Madrid. En un informativo veo a un compañero intentando apagar un
pequeño arbusto con una autobomba. Había
condiciones de fuerte viento. Lo apagaba
por la derecha, ardía por la izquierda, lo apagaba por la izquierda, ardía por
la derecha, así todo el rato. El arbusto jugaba con él. De fondo todo el pueblo
estaba rodeado por el fuego. Y cada bombero con una instalación peleándose por
apagar un solo arbusto. Durante estos
días en Portugal volvió a haber un
trágico incendio con decenas de víctimas. Estas condiciones las hemos sufrido todos los que nos dedicamos a la
extinción. Uno se siente realmente impotente cuando ni siquiera consigue apagar
un triste arbusto y hay que detener el fuego sí o sí. Me resulta inconcebible
que en el siglo XXI no tengamos mejores herramientas. A día de hoy los
incendios han evolucionado ¿y nosotros?
Un
incendio se considera según las últimas teorías de los especialistas en la
materia que escapa a la capacidad de extinción directa desde 4.000 kW/m. Con métodos indirectos como
medios aéreos y contrafuegos se podría controlar un frente de no más de 10.000 kW/m. Por ejemplo, en el incendio de Pedrogao se calculó un promedio
de 138.000 kw/m. Realmente muy lejos de la capacidad de
extinción.
MOTIVOS DE LA
INEFICACIA DE LA EXTINCIÓN CON AGUA EN INCENDIOS FORESTALES
¿Podrían ser los geles una alternativa
eficaz para el ataque de frentes de llama en áreas de interfaz urbano forestal?Disociar la prevención de la extinción sucede en las autonomías españolas más urbanitas y en Portugal, donde los dispositivos de extinción son poco de campo y en los que se aplica un «apaga y vámonos» que cada vez resulta más costoso y menos efectivo
Temas
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24/06/2019
>>>Debate
La problemática en incendios forestales hay que intentar resolverla
desde sus causas. Pero son cada día más complejas y se debería de avanzar en
todos los frentes. En el ataque directo al incendio, claramente nos hemos quedado atrás. En esta entrada de debate propuesta por Joaquín Gracia, bombero de la Comunidad de Madrid, os planteamos por qué no se puede apagar con agua en ataque directo a un incendio forestal ¿existen alternativas?
Para
simplificar este asunto complejo se ha popularizado la famosa “regla
del 30” para valorar la virulencia y falta de efectividad en los incendios. Y
no faltaba razón. Un incendio con calor (>30ºC), baja humedad (<30%) y
fuerte viento (>30 km/h), escapa fácilmente a la capacidad de extinción. No
hacen falta grandes cargas de combustible y en estas condiciones es muy difícil
y a veces imposible de apagar incluso un pastizal. Si hay condiciones
favorables en los combustibles, un fuerte viento convierte un incendio en
inextinguible. No tenemos herramientas ni tecnología adecuada para detenerlo.
No
trataré la extinción indirecta, pues ésta, a día de hoy, sí que pienso que es
eficaz en el máximo de sus posibilidades. Los medios aéreos y los contrafuegos
consiguen el máximo de eficacia sobre el terreno. El problema es que no siempre
ni en cualquier lugar pueden utilizarse. A la hora de detener de forma urgente
un frente que va a arrasar una zona de interfaz o una población hay que tener
herramientas de ataque directo más eficaces, pues hay que actuar sí o sí. Hay
varios casos recientes cada vez más cercanos de decenas de víctimas, miles de
casas arrasadas, etc (incendio de Mati en Grecia y numerosos ejemplos en
nuestro país)
La teoría nos
dice que la extinción del fuego con agua se produce por refrigeración y
sofocación pero en realidad la aplicación del agua mediante autobombas en
ataque directo a la llama lo que realiza es una ruptura de la reacción en
cadena de forma física. Me explico. Teóricamente el agua extingue por
refrigeración (reduce la temperatura de los gases inflamables) y sofocación
(desplaza el oxígeno de la zona en combustión). Pero esto no explicaría por qué
una zona ya apagada en presencia de viento vuelve a prenderse. Si ha sido
apagada por refrigeración, tendrían que haber dejado de existir los gases de
pirólisis, pero la práctica demuestra que esto no es así. Continúan existiendo
y en condiciones de fuerte viento, llamas y pavesas de zonas cercanas o por las
propias brasas en contacto con el gas inflamable, el combustible vuelve a arder.
Paradójicamente, para realizar una extinción eficaz por refrigeración, el agua
debería emplearse de forma muy pulverizada y evaporarse gran parte de ésta, de
forma que el calor latente de vaporización sea empleado en evaporar el agua y
no en calentar los gases inflamables. Este hecho dista mucho de su empleo real
en abundantes ocasiones, pues el 90% del volumen del agua empleada termina en
el suelo de forma rápida sin cumplir apenas función alguna. Además, los
cálculos teóricos del agua necesaria para apagar por refrigeración a veces son
muy superiores a los efectivamente empleados. Hagamos unas pequeñas cuentas:
El
agua absorbe 1 cal/gºC por calor específico y luego 540 cal/g al evaporarse. Unas 615 cal aproximadas por g de agua desde que se emplea
hasta su utilización. Pero los combustibles leñosos desprenden hasta 4500 cal/g.
O sea que para cada g de biomasa que arde necesitaríamos evaporar 7 g de agua. En
un modelo de combustible de 20-30 ton/ha ¿cuánta agua nos haría falta? Y a esto
habría que añadirle muchísimos factores adicionales. Todo el entorno es un
sistema y tienden a igualarse las energías. Cada g de aire que el agua tiene
que atravesar le puede aportar 0,240 cal/gºC y esto sólo en el m3
anterior a la llama podrían ser hasta 288.000 cal aprox. Por eso con frentes de
elevadas temperaturas el agua a veces ni siquiera consigue llegar a los combustibles.
Todas las líneas isotérmicas progresivas que el agua tiene que ir atravesando
desde el lugar de trabajo (50ºC) al fuego (1000ºC) en un frente de alta
temperatura van a aportar tal cantidad de energía al agua que casi ni alcanzará
el fuego por evaporarse antes. En condiciones de calor y fuerte viento, éste le
aporta muchas más calorías al sistema tendiendo a evaporar mucho más agua
haciendo más ineficiente la refrigeración. Por ejemplo un viento de 50km/h a
40ºC tendería a evaporar hasta 100g/s/m3 de agua. En definitiva, la
energía absorbida por el agua resulta totalmente insuficiente en incendios de
gran energía a no ser que tuviéramos enormes cantidades, pues las calorías del
sistema hacen ineficiente el agua.
A nivel
práctico, la utilización real efectiva del agua en ataque directo suele ser en
forma de chorros o cortinas haciendo barridos rápidos arrastrando la llama
lejos de las emisiones de gases inflamables de forma que no consiga
alcanzarlos. Esta separación de la llama es momentánea, pero suficiente para
romper el tetraedro del fuego, al menos de forma frugal. Y aquí radica el
problema. Al ser una extinción momentánea y por ruptura de la reacción en
cadena (no tanto por refrigeración y sofocación), siguen existiendo gases inflamables
y siempre hay chispa, llama o brasa que pilote de nuevo la ignición y puede
reanudarse la reacción en cadena. Y esto es tanto más fácil que ocurra con la
presencia de viento (más oxígeno y más eficaz el transporte de focos calientes
que detonen la ignición). Por tanto, la separación de la llama que realizamos
con el uso de los tendidos de mangueras en realidad NO es una sofocación porque
siguen existiendo combustible gaseoso, que lleva implícito el calor y el
oxígeno. Lo único que hacemos es separar físicamente la llama (gases
inflamados) y con ello se para momentáneamente la reacción en cadena, produciéndose
la re-ignición cuando dejamos de aplicar agua a la zona.
En incendios de
alta intensidad los frentes de llama pueden llegar a alcanzan temperaturas mayores de 1000ºC. En estos casos, la pirolización de los combustibles va muy
por delante del frente de llama, por lo que no es posible detener el frente de
forma directa por existir grandes cantidades de gases ardiendo y estar gran
parte de los combustibles previos al frente de llama pirolizados (emitiendo
gases inflamables) y esperando para arder en cuanto consigan una fuente de
ignición. Y esto puede llegar a ser así desde decenas de metros antes del
frente de llama. La forma de tratar estos frentes debería ser similar a
incendios de gases en áreas urbanas. No se pueden apagar. Es imposible apagar
un gas por refrigeración. La única forma viable sería eliminar el combustible
(ataque indirecto) y/o evitar que se formen gases de pirólisis, quizás la única
forma posible de pararlo en ataque directo.
Los
gelificantes comenzaron a utilizarse en Reino Unido en 1958 con el agua viscosa
formada a partir del alginato, obtenido de algas. Existen también referencias
al poliacrilato de potasio como mejora, pero a día de hoy su uso no se ha
extendido, ha desaparecido o presenta un uso muy restringido. En pocos casos se
han propuesto para el ataque directo en incendios forestales. En frentes de
alta intensidad un gelificante resistente a altas temperaturas podría tener
ciertas ventajas en todos los aspectos tenidos en cuenta en los puntos
anteriores:
– Mejora
en la sofocación y separación más permanente de la llama:
Un
gelificante hace que el agua gelificada quede adherida al combustible formando
una capa más gruesa y más resistente por lo que hace más permanente la
sofocación y la posible ruptura de la reacción en cadena al ser más duradera la
separación que produciría del combustible con el oxígeno y la llama. Esto le
daría muchísima más efectividad a la extinción con viento que el agua. Arbusto
que apagas, arbusto que no arde, pues queda impregnado, refrigerado y evitando
la emanación de gases combustibles.
– Mayor
absorción de energía relativa:
Los
gelificantes suelen ser polímeros que añaden al agua a su red polimérica con
uniones más fuertes que los puentes de hidrógeno que une el agua entre sí, por
lo que cuesta más energía conseguir evaporarlo. Esto también haría más fácil
que el agua alcance los combustibles sin evaporarse al proyectarse con mucho
calor, pues el agua va más «protegida». Así
que prolongaría y acentuaría el efecto de refrigeración. Y esto lo haría en la
medida en la que aumente la energía a la que quede atrapada el agua. Y si el
gelificante además fuera resistente al calor… mejor.
– Poco
desperdicio de agente extintor:
Al
quedar adherido a los combustibles no drena al suelo. Un gelificante adherente
puede permitir que un gran porcentaje del agua quede adherido a los
combustibles sin apenas desperdicio. Las espumas también quedan adheridas, pero
en mucha menor proporción.
– Evita
la formación de gases de pirolisis:
Un
gelificante puede utilizarse en diferentes procedimientos al agua añadiéndolo a
combustibles no prendidos por delante del frente de llama. Esto formaría una
capa de agua gelificada protegiendo el combustible, y esto lo hará con mayor
tensión que el agua o espumas, por lo que mientras éste permanezca sobre el
combustible está ralentizando e impidiendo la formación y emanación de gases de
pirolisis en combustibles por delante del frente de llama. Esto puede
proporcionar mejores procedimientos de trabajo para intentar detener frentes de
grandes calorías pues la única forma de ataque posible pasaría por evitar la
formación de gases de pirólisis. Si
el gelificante es resistente al calor pueden formarse zonas de trabajo más
seguras para las dotaciones, pues puedes bajar la carga calórica de los
combustibles de forma previa a la llegada del frente. O casi ignifugarlo…
– Mejora
en las tareas de remate y control:
Si
utilizamos un gelificante resistente puede mejorar este aspecto al producir un efecto
prolongado de sofocación. Si el gel es lo suficientemente denso y
resistente puede llegar a conseguir la
sofocación de fuegos latentes evitando tareas de remate.
La utilización
de gelificantes en contra puede tener peor comportamiento en combustibles muy
densos o materiales porosos con combustión interna. En estos últimos podría
actuar por sofocación sólo si los cubre de forma eficiente.
Viendo las posibles
ventajas en la utilización de agente extintor en forma de gel adherente para
incendios de alta intensidad, estuve estudiando la consecución de un retardante
por absorción térmica y resistente al calor en forma de gel para intentar
conseguir todas estas ventajas y que fuera durante larga duración. Así podrían
detenerse las emanaciones de gases de pirólisis de forma eficiente. Idea que estoy intentando testar a mayor
escala. Esto mismo se podría realizar con el polifosfato de amonio gelificado. La
gran ventaja de un gelificante en frentes de alta intensidad puede ser que es
posible utilizar nuevos procedimientos para evitar la formación de gases de
pirólisis en los combustibles por delante del frente o como mínimo bajar la
intensidad y virulencia del incendio, pudiendo así intentar detenerse la gran
reacción en cadena de estos frentes, pues de otra forma, no es viable. La
aplicación eficaz de estos geles supondría un reto tecnológico adicional para
el desarrollo de nuevas herramientas de trabajo y evaluar las dosis eficaces
¿Qué os parece mi propuesta? Espero opiniones constructivas al respecto porque
de ello pueden depender nuestras vidas y las personas a las que protegemos.
Joaquín Gracia
Bombero de la Comunidad de Madrid
Fotografías por Joaquín Gracia (c)
La comarca de La Siberia se convierte así en la primera de la provincia de Badajoz y la tercera de la comunidad autónoma que obtiene este prestigioso reconocimiento con el que cuentan las Reservas de la Biosfera de Monfragüe y del Tajo Internacional.
Una comarca única
La Siberia ha apoyado su candidatura en un patrimonio ambiental y natural único. Sus 11 pueblos están bañados por cinco embalses, una gran riqueza y variedad de flora y fauna y un paisaje natural diverso que incluyen islas, sierras playas, humedales o dehesas.
Una Red Mundial con 686 miembros
La Red Mundial de Reservas de Biosfera cuenta en la actualidad con 686 lugares en 122 países, 50 de ellos en España. Las Reservas de la Biosfera son sitios de reconocida importancia para la conservación de la diversidad biológica y cultural que tienen por objeto fomentar un desarrollo social positivo y trabajar para la aplicación práctica de los objetivos de desarrollo sostenible mediante el compromiso voluntario de sus participantes.
(Noticia en actualización)
TEXTO: Redacción
Estas preguntas son cada día más frecuentes, y a través de este artículo vamos a intentar profundizar y describir en qué consiste realmente la bioeconomía.
Vamos a comenzar por describir el significado del vocablo bioeconomía, que se define como un término que engloba al conjunto de actividades que obtienen productos y servicios, generando actividad económica con la utilización de los recursos de origen biológico o natural como materia prima principal.
Es un concepto que surge como respuesta a un conjunto de desafíos globales que plantean la necesidad de un cambio de tendencias, y dónde el desarrollo de la bioeconomía se presenta como una oportunidad y una necesidad, para el conjunto de la actividad económica.
Se trata de una estrategia para generar un modelo de actividad económica basado en la utilización de los recursos disponibles en un entorno más o menos cercano, sin necesidad de establecer ciclos productivos en los que se dependa de materias primas importadas o traídas desde una gran distancia.
Por lo tanto, la bioeconomía está alineada con las diferentes estrategias de economía circular y economía verde que fomentan el empleo de recursos naturales que procedan de entornos cercanos, sin necesidad de realizar largos transportes, y en las que se utilizan y reutilizan cada uno de los insumos y desechos que se emplean durante las diferentes fases de la actividad productiva.
La bioeconomía por lo tanto representa una oportunidad para mejorar el tejido empresarial, crear nuevos puestos de trabajo, y en definitiva, realizar una transición hacia un modelo productivo medioambientalmente sostenible y responsable, sin perder de vista la rentabilidad económica. Por lo tanto la sostenibilidad y el bienestar humano son aspectos centrales en la concepción del modelo bioeconómico que se está tratando de implantar a nivel europeo.
En el caso de España, tras el Acuerdo sobre el Clima de París y teniendo en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU se ha vuelto a considerar a los bosques como generadores de bienestar y como parte fundamental dentro de una economía circular de base biológica. Fruto de esta nueva concepción han surgido numerosas propuestas a nivel tanto nacional como autonómico para la implantación de estrategias de bioeconomía, y economías verdes y circulares.
En Extremadura, el desarrollo del concepto de bioeconomía se ha incluido dentro de la Estrategia Extremadura 2030 sobre “Economía Verde y Circular”. Esta estrategia integra a la bioeconomía de modo que sirva para convertir a Extremadura en un laboratorio internacional de referencia en investigación e innovación en torno a la economía verde, bioeconomía, la economía circular y la lucha contra el cambio climático.
El modo de alcanzar esta meta es impulsar la competencia e internacionalización de las empresas que trabajan en el ámbito de los recursos de origen biológico, incorporando a la bioeconomía como una parte esencial de la actividad económica regional. El desarrollo de proyectos relacionados con la economía verde, bioeconomía y economía circular por parte de los Centros de Investigación será una parte fundamental para que estos modelos puedan llegar a implantarse con éxito.
Los sectores de actividad extremeños que están más vinculados con el desarrollo de esta bioeconomía son el agrícola, forestal, medioambiental, energético, y por último el turismo, todos ellos sectores con una gran repercusión en términos económicos y de empleo en nuestra región.
La aplicación de iniciativas y acciones encaminadas hacia una bioeconomía eficiente producirá que las actividades económicas sean más sostenibles y respetuosas tanto con el entorno en donde se realizan, como en las zonas en las que se extraen las materias primas de tipo biológico, y que por lo tanto sean más eficientes y rentables a nivel económico.
]]>Como ejemplo de esa evolución conjunta, en la zona mediterránea, las especies de flora han adaptado su crecimiento, mecanismo de reproducción, etc frente al fuego, y fruto de esta evolución se han generado adaptaciones que en muchos casos sorprenden, como es el caso del pino carrasco o pino mediterráneo (Pinus halepensis) que se considera una especie pirófila, es decir, tolera bien el fuego, o lo que es lo mismo, está adaptada para sobrevivir a los incendios. Su principal adaptación frente a los incendios es que entre sus piñas, hay algunas que únicamente se abren para poder germinar si sufren determinados rangos de temperaturas que sólo se pueden producir en un incendio. Otro caso muy parecido es el de algunas plantas del género Cistus, las cuales tienen las semillas en unos receptáculos que explotan con altas temperaturas. Esta “explosión” hace que las semillas salgan disparadas, aumentando con ello su capacidad de dispersión.
Debido a esta ruptura del equilibrio natural, a la falta de gestión forestal, al abandono de terrenos agrícolas, a las adaptaciones de tipo pirófilo, a la aparición de pirómanos o personas con intereses especulativos, en la actualidad es necesario disponer de una planificación y una estrategia para combatir los incendios, que cada vez actúan con mayor virulencia y generan un impacto cada vez mayor.
En esta lucha, la prevención de incendios se postula como la herramienta más efectiva para evitar la aparición de incendios, o para reducir los efectos negativos de estos, debido a que no es posible ni técnica ni económicamente disponer de los equipos de extinción necesarios para poder hacer frente a la infinidad de incendios que pueden llegar a producirse de manera simultánea.
Como principales mecanismos para estructurar una buena prevención de incendios forestales a nivel global encontramos la fragmentación de las grandes masas monoespecíficas para crear zonas que presenten otra vegetación más resistente al fuego y permitan disponer de un mayor tiempo para su posible extinción, o incluso pueden representar puntos de acción contra el fuego. Por otro lado, además de esta fragmentación es muy importante las labores de desbroce, mantenimiento de caminos y senderos, creación y mantenimiento de cortafuegos, líneas de defensas, fajas, y una red de vigilancia activa sobre los terrenos con riesgo de sufrir este tipo de perturbaciones.
Una estrategia innovadora desde el punto de vista de la prevención de incendios es la propuesta a través del PROYECTO MOSAICO, un proyecto que surge a raíz del GIF (Gran Incendio Forestal) que surgió en la época estival en la Sierra de Gata (Cáceres) el verano de 2015. Este incendio quemó unas 8.300 ha de terreno forestal durante 4-5 días en una zona muy abrupta, con grandes pendientes, y dificultad de acceso en muchos lugares para realizar la extinción.
Como respuesta a este GIF de Sierra de Gata, la UEX junto con los ayuntamientos y vecinos de este entorno participaron en distintos foros y encuentros para crear entre todos una estrategia para evitar que vuelva a producirse otro GIF en esta zona. El resultado de estas jornadas o encuentros ha sido la elaboración y desarrollo del P.MOSAICO a través del cual se fomentan actividades como el pastoreo, o el aprovechamiento resinero (actividades que ayudan a prevenir incendios forestales), y se han propuesto modelos de fragmentación de la vegetación actual mediante la implantación de cultivos que además de generar fragmentación también producen un beneficio.
La prevención sin duda es muy importante, y debe ser considerada como la punta de lanza de la batalla contra los incendios, pero no podemos centrarnos únicamente en eso, ya que la aparición de incendios es un hecho recurrente. Cuando la prevención no ha sido posible o ha fallado entra en juego la extinción de incendios.
En este campo hay un sinfín de nuevas herramientas e innovaciones como es el uso de SIG (Sistemas de Información Geográfica) que se nutren de datos a través de UAVs que sobrevuelan los incendios, y que proporcionan datos sobre la dirección del frente de llama, la intensidad, la dirección del viento, superficie quemada en tiempo real.
Otras innovaciones en cuanto a extinción de incendios son las desarrolladas por investigadores australianos. El primero de estos avances o innovaciones es la utilización de bombas explosivas para la extinción de incendios. Este método se basa en la extinción del punto de ignición de la llama mediante la onda expansiva que generan las explosiones detonadas.
Otro avance o innovación en lo relativo a extinción de incendios en la zona australiana es la bomba de niebla, un dispositivo con forma de balón de fútbol que contiene un detonador que produce la activación de esta bomba, la cual contiene agua que tras la explosión o activación forma una fina niebla que se extiende rápidamente alrededor. Las partículas de niebla tienen una superficie considerablemente mayor que las generadas por las técnicas de bombardeo con agua tradicionales. Su capacidad de absorber grandes cantidades de energía del frente del incendio hace de la bomba de niebla un método de extinción de incendios extremadamente eficaz.
Pero también el propio fuego puede utilizarse tanto en la extinción como en la prevención de incendios forestales, como en el caso de los aborígenes australianos, que utilizaban el fuego como herramienta desbrozadora para establecer amplias superficies de terreno quemado que actúan como cortafuegos rudimentarios. Esta técnica ha sido desarrollada e innovada a través del uso de las nuevas tecnologías y actualmente en Australia se están aplicando estas metodologías mediante el uso de un helicóptero con el que se van liberando pequeñas cápsulas que al entrar en contacto con el suelo se activan y generan fuego.
Por último cabe señalar que es necesario profundizar más en las técnicas y manejos de carácter preventivo, para hacerlos más viables a nivel técnico y económico, y que de este modo se pueda evitar el uso de los mecanismos, infraestructuras, y personal dedicados a la extinción de incendios, que además de representar un mayor coste económico que los mecanismos de prevención, suponen poner en riesgo y peligro la vida de los profesionales que realizan este tipo de labores en su trabajo.
Desde la 4ª edición de la Feria Forestal Ibérica (Iber-foresta 2019) se abordará la temática del fuego por parte de un elenco de profesionales destacados, que nos explicarán los nuevos avances en esta materia, las innovaciones desarrolladas y la metodología para poder alcanzar los resultados esperados.
]]>La asistencia a este acto está totalmente abierta a toda clase de público interesado en conocer esta temática forestal. En este evento se darán cita representantes de entidades relevantes en materia de política forestal a nivel regional como:
Durante el transcurso de esta jornada se tratarán temas relacionados con la política forestal a nivel regional, como el Plan Forestal de Extremadura (PFEx), y diversas estrategias transversales (Programa Estratégico de Conservación de la Biodiversidad y del Patrimonio Natural; Programa Estratégico de Defensa del Medio Natural y Forestal; Programa de Restauración y Mejora del Medio Natural y Forestal; Programa Estratégico de Ordenación de Usos y Aprovechamientos del Medio Natural y Forestal), la Estrategia de Economía Verde y Circular Extremadura 2030, y se tratará de dar una visión global desde el punto de vista tanto de la Administración Pública, como de las empresas y entidades relacionadas con el sector forestal extremeño.
Desde EXTREFOR agradecemos la invitación de participación a este foro, en el que sin duda se aportarán gran cantidad de información específica, y se establecerá un diálogo entre los asistentes para dar a conocer las opiniones y las distintas alternativas que se proponen a futuro para mejorar la gestión del sector forestal a nivel regional.
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El pasado 26 de junio se celebró la inauguración de la III Feria Forestal Ibérica de manera paralela con el 7º Congreso Forestal Español, en el recinto ferial «El Berrocal» de la ciudad de Plasencia. En esta inauguración pudimos contar con la presencia de Begoña Bernal (Consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio de la Junta de Extremadura), Fernando Pizarro (Excmo Alcalde de Plasencia), junto con Pedro Habela (Presidente de Extrefor).
Durante los días de celebración de Iber-foresta 2017, se han celebrado numerosas actividades como:
En los encuentros comerciales internacionales organizados por Extremadura Avante, han participado cinco importadores procedentes tanto de Marruecos como Portugal con doce empresas extremeñas. Se realizaron las reuniones en un espacio reservado para ello dentro Iber-Foresta a lo largo de la mañana y parte de la tarde del miércoles 28 de junio, dedicando el día jueves 29 de junio para visitar las instalaciones.
Talleres de diversa índole como metodología de reproducción sexual, aprovechamiento resinero en España, certificación forestal, métodos de reproducción vegetativa o agámica, comunicación digital forestal etc.
La Fototeca Forestal con más de un siglo de Historia Forestal en Imágenes y la exposición de Extremadura desde el Aire con 40 ortoimágenes de Municipios Extremeños, que además de encontrarse en el Recinto Ferial de Iber-Foresta, se encontraron expuestos los días previos (del 16 al 23 de junio) en el Centro Cultural Las Claras de Plasencia.
Durante todos los días de Iber-foresta se realizaron distintas demostraciones con maquinaria forestal muy diversa (picadoras, astilladoras, motosierras, drones…
Agradecemos todo el apoyo mostrado para con este evento, desde las instituciones públicas, hasta la empresa privada que ha querido colaborar y participar de esta feria. Nos vemos en la IV Feria Forestal Ibérica.
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Con el objetivo de marcar las directrices que se van a desarrollar en torno al aprovechamiento resinero en Extremadura, la Consejería de Medio Ambiente, junto con la Universidad de Extremdura (UEX) han organizado esta jornada para que tanto las empresas forestales, como la administración pública, y los productores de este recurso entren en contacto y expongan las problemáticas, experiencias, y posibles soluciones a desarrollar con respecto a este recurso forestal no leñoso.
Desde Extrefor participaremos en estas jornadas para tratar de aportar la visión que las empresas forestales de Extremadura tenemos en cuanto al aprovechamiento resinero, además de señalar las ventajas e inconvenientes que presenta este aprovechamiento desde nuestro punto de vista.
A continuación podéis visualizar la programación para estas jornadas.
El proyecto Mosaico se basa en diseñar una estrategia participativa de prevención de incendios basada en actividades agrícolas, ganaderas y forestales que gradualmente recuperen un paisaje diverso, habitado y con menor riesgo para la aparición de incendios forestales: un paisaje en mosaico.
La zona de actuación de este proyecto se circunscribe a la zona de alto riesgo de incendios de Sierra de Gata (19 municipios) y Las Hurdes (5 municipios), con una superficie de 1700 kilómetros cuadrados. Dentro de esta superficie las masas forestales y de matorral ocupan 81000 hectáreas, que han sido muy afectadas por grandes incendios desde 2003.
Todas las actuaciones previstas dentro del marco de este proyecto se motivan gracias a que los grandes incendios se producen porque la vegetación que actúa como combustible ocupa enormes extensiones continuas que deben ser fragmentadas para reducir el riesgo. Las herramientas convencionales de prevención (cortafuegos y selvicultura preventiva) se muestran insuficientes, por lo que es necesario recurrir, además, a usos agro-silvo-pastorales que actúen como cortafuegos productivos y persistentes.
Por lo tanto lo que se pretende a través de este proyecto es estimular, asesorar y afianzar iniciativas pequeñas o grandes que generen cortafuegos productivos, entendidos como porciones del territorio con cultivo, pastoreo o extracción de productos forestales. El personal del proyecto realizará sesiones informativas, servirá de puente con las instituciones locales y regionales, y gestionará redes de trabajo para que la voz de los emprendedores locales sea tenida en cuenta, y para superar barreras burocráticas que limitan el desarrollo de los proyectos.
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